REGLAS PARA SER CONSUMIDOR VERDE
Ser un consumidor eco-responsable no siempre es fácil en este mundo puesto que prima el consumismo, la industria química y la cultura del usar y tirar. Sin embargo, pequeños gestos cotidianos pueden mejorar nuestra salud y la del medio ambiente de forma sencilla.
Los recursos no son ilimitados, eso es algo que todos sabemos pero que no siempre acabamos de interiorizar a la hora de adoptar hábitos verdes. Lograrlo, sin embargo, nos ayudará a sentirnos más positivos y a gusto con nuestra vida.
¿Pero, por dónde empezar? Ser un consumidor responsable con el medio ambiente nos ha de llevar a hacernos algunas preguntas sobre aspectos claves como la naturaleza de las materias primas, el gasto energético de la producción o del transporte o, por ejemplo, el consumo de recursos implicados en la producción o comercialización de un producto.
Decálogo verde
- No comprar productos desechables o, al menos, preferir los duraderos y, en todo caso, también se primará la reparación a la compra.
- Preferentemente, utilicemos productos biodegradables o inocuos con nuestra salud y el entorno.
- Si existe la opción, elegir productos reciclados, así como los de origen natural, pero tengamos en cuenta que el concepto de natural no siempre es sinónimo de saludable o ecológico.
- Participemos o apoyemos iniciativas ecológicas, especialmente las emprendidas por consumidores ecológicos.
- Nuestro día a día ha de ser austero en el consumo de energía y, a ser posible, primar las renovables.
- La agricultura orgánica es una fantástica fuente de salud humana y ambiental siempre que cumpla con los requisitos adecuados, por lo que ha de ofrecernos garantías.
- A la hora de actuar, hemos de intentar que todos los productos, procesos y servicios que nos involucren sean ecológicos.
- Llevar una vida natural significa también cuidar y estar en contacto con entornos verdes que nos mejoren nuestra calidad de vida y bienestar.
- Ganar en experiencia como consumidor responsable día a día para aprender a reemplazar productos convencionales por otros más ecológicos.
- No sólo hay que predicar con el ejemplo, sino también expresar nuestras opiniones y promover hábitos de consumo verdes.
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